Como ya dije en el anterior post, el fin de semana pasado estuve en el pueblo, y aproveché para traerme unas cosillas que en Madrid son imposibles de encontrar (aunque por Sol creo que hay una tienda de productos manchegos que no tengo yo inspeccionada). Esta torta es quizá de las cosas más sencillas y que más me gustan del mundo. Pueden ser dulces, con azúcar por encima o saladas, como la de la foto. Su textura es crujiente a la manera de un cracker y debe su peculiar sabor a los cañamones…